En las buenas... LV (Lupe Vázquez)

En las buenas... LV (Lupe Vázquez)
Home. Foto por Fabián Rivera (Ventings & Surroundings)

miércoles, 29 de junio de 2011

Enriqueta, Josefina, Pili y Mili y Greta...

22 de junio, 2011

"No sabes cuándo tendrás que recibirlas..."

Llevan dos meses repartiéndose la compañía. No me caen bien del todo, pero tengo que admitir que me han llevado a los lugares obligados con cierta destreza.
Me imagino que nadie las quiere en su casa, hasta que llegan. Porque algo o alguien te las dejó ahí. Y tú tienes que irles buscando la vuelta hasta encontrarles el lado bueno.
Enriqueta llegó directo de casa de mi tía. Vive en su casa hace algún tiempo. Como tía está de viaje me hizo compañía desde el día que llegué a casa con el tobillo inmovilizado y luego operado. Ha ido conmigo a Aibonito, al Hospital Industrial, a la oficina del ortopeda, he tenido que aprender cómo domarla un poco, pie arriba, pie abajo, freno al frente, rueda atrás. Enriqueta es la silla de ruedas que me llevó hace dos meses a la procesión de citas – yeso en pierna- que de pronto fueron mi única agenda en el calendario.
Josefina se alternaba con Enriqueta en casa. Y luego resultó mejor compañia que aquella, porque era menos pesada, aunque llevarla me hacía balancearme un poco. Se acomodaba al espacio en el que pudiéramos estar y en los carros se manejaba mejor. Con Josefina, el andador rojo que también llegó de Cayey, moverme por casa era un paseo, si se le puede decir de alguna forma.
Entonces, me presentaron a Pili y Mili, gemelas, no idénticas. Ya cuando llegaron yo iba más confiada en salir y fueron conmigo al cine, a comer, a casa de mis amigos y al resto de los lugares donde pude salir a 'airearme' durante mi descanso.
Hasta que hace 2 semanas me presentaron a Greta. Que se supone que estará aqui unas cuantas semanas. Todo dependerá de mi. Greta es curveada y bronceada, me cae mejor porque está lista en cualquier momento, no requiere ningún protocolo ni instrucciones como Enriqueta o Josefina, ni hay que dividir la atención como con Pili y Mili. Hasta le he prestado una bufanda y un collar, para que se parezca un poco a mi estilo. Greta es el bastón que comienzo a usar ahora con las terapias. Lo único que no me agrada es que confunde. Cuando me ven con Greta, veo en la cara de muchos esa mirada de arriba a abajo, buscando por qué la tengo pegada al brazo, hasta que me ven el caminar. Porque de no ser por eso, no se nota por qué vive conmigo estos días.
Y que aunque me caiga un poco mejor ahora por la libertad que me permite, decreto que pronto, muy pronto, vivirá en otro lugar.
Hasta entonces... a adornarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario